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Décimas por decir

Décimas por decir

 

Décimas por decir

Autor: Agustín D. López G

 

Décima sentimental

Tus manos pudieran ser
dos ramas con hojas secas,
donde resaltan las pecas
para hacerte envejecer.
Porque el cuerpo empieza a ser
un mural, que el tiempo ha escrito
que advierte desde su rito,
con un lenguaje sin voz
como la risa es la tos,
que se convierte en un grito.

 

 

 

 

Anuncio para mañana

Voy a hilvanar una idea
para colgar en el viento,
a ver si en algún momento,
pasa alguien que la vea.
No pretendo que la lea,
aquel que nada me aporta,
que no ama, ni soporta
el cambio y si la rutina.
mientras la vida divina,
se hace cada vez más corta.
(1)
Testamento

Voy hacer mi testamento,
porque todo se termina
y mi vida, arena fina,
también se la lleva el viento.
Llega el preciso momento
a rendir cuenta y no hallo,
ni la soga, ni el caballo
de mi pasión desbocada.
Solo guardo tu mirada
hecha luz en cada rayo.
II
Detallo sin precisión
las riquezas que no tuve:
tu cuerpo fugaz de nube,
de relámpago y ciclón,
tus labios color creyón,
como una flor encendida,
dándole luz a mi vida.,
en un derroche de llama
hasta quemar nuestra cama
en fuego que no se olvida.
(2)
Adiós
Cuando dijiste hasta luego,
con un adiós con desgano,
te me rompiste en la mano
como una yema de huevo.
Yo nunca supe del ruego,
de la súplica de un beso.,
ni de promesas, ni rezo
para curarme el olvido
yo solo sé que te has ido
con un adiós sin regreso.
Oficio

Estoy de cuenta propista
haciendo versos de estreno,
y ya tengo un cajón lleno
como aporte decimista.
Tengo en venta una autopista,
de sueño sin pesadilla,
un mar que no tiene orilla,
donde nadie dice adios,
un asiento para dos,
pues tengo solo una silla.
(3)
Infancia
Cuando de niño yo andaba
con un cajón en la espalda
iba subiendo la falda,
de la loma y ya soñaba.
Solo el rocío me daba
malestar por la humedad,
recorría la vecindad,
en mi afán de limpiabotas,
cosiendo esperanzas rotas
soñando con la ciudad.
Ferocidad
Se me soltó el animal
atado en mi corazón
y no pierde la ocasión
para hacerme quedar mal.
Mira que yo era formal,
romántico, soñador…
pero ya perdí el pudor:
Ando con la fiera suelta
y por más que le doy vuelta
siempre se come al amor.
(4)
La Fuga.
De qué modo escapo, huyo,
de estas ansias de poeta,
sin encontrar la receta
que le da luz al cocuyo.
Si dejara de ser tuyo,
porque el destino es travieso
quisiera envolverte un beso,
aunque no tenga papel
en el beso, voy con él,
y me conformo con eso.
Deseos
Como un caballo de luz
que cabalga el horizonte,
quisiera espantar del monte
la oscuridad y la cruz.
Veloz como el avestruz
atravesar el desierto,
para ver si es falso o cierto
el calor que hay en el día
y porqué la geografía
dejó sin agua ese puerto.
(5
Décima para Kcho.
Me alegró tanto encontrarte
de noche en el Gato Tuerto,
que pude atracar en puerto
el barco que me pintaste.
Allá en Gerona grabaste,
en mi memoria de ayer,
como te miré crecer
bajo el remanso de Marta,
cuando soñabas tu carta
y un barco para volver.
Inventario
Voy hacer el inventario
de todo lo que no tengo
y cuando diga ya vengo,
por sendero imaginario,
piensa en el hombre ordinario,
que anda solo en su destino,
sin nunca perder el tino,
porque tino, nunca tuvo
y botó fuera del cubo
el agua por el camino.
(6)
Añoranza
La jaula que fabriqué
con güín de castilla y coco,
se me pudrió poco a poco
donde siempre la colgué.
Por la puerta se me fue
un azulejo de añil,
tomeguines, casi mil,
todos se fueron volando,
pero nunca supe cuando
voló mi sueño infantil.
II
Quería ser el primero,
el mejor de cada juego,
ser relámpago, ser fuego
y ser también pelotero.
Corría por el potrero,
por aquel potrero ralo,
en mi caballo de palo,
descalzo sin herraduras,
inventando travesuras,
jugando al bueno y al malo.
(7)
III
Por la pendiente me embalo,
conduciendo voy mi guagua:
lomo seco de una yagua,
que por la hierba resbalo.
Con la escopeta de palo,
debajo de la varia,
disparo en mi cacería
a una torcaza que canta,
pero el disparo la espanta
y no ha vuelto todavía.
Pastoreando sueños
En este intento baldío
de hacer versos con palabras,
voy pastoreando las cabras,
idas del rebaño mío.
Persigo en mi desvarío,
hacer realidad un sueño:
sin desmayar el empeño,
afanoso por hallarte,
quiero verte para darte
todo el amor que no enseño.
(8)
Viajero
Solo llevo de equipaje
este corazón maltrecho,
como una visa en mi pecho
sin corbata ni linaje.
Así que pago el pasaje
como un viajero sencillo,
sin dinero en el bolsillo
no me detengo a comprar
artificios de ultramar
con colorines y brillo.
Ida
Ya sé que no habrá regreso
en esta loca estampida,
te me escapas de la vida,
sin un adiós, sin un beso.
No habrá conjuro, ni rezo,
que me consuele al perderte
y si me llega la muerte
a buscarme sin atino,
la aparto de mi camino
hasta volver a tenerte.
(9)
Locura
Voy a morir de locura
recuerdos rotos y sanos,
me voy anudar las manos
al alma de tu cintura,
a ver que tiempo me dura
este consuelo inventado,
con que te traigo a mi lado
en un abrazo sin llave,
para que entiendas la clave
de este encierro sin candado.
Visita
Cada vuelta de regreso
a la tierra de mis padres,
el corazón me lo abres
por la costura de un beso.
No puedo salir ileso
de esta ancestral añoranza,
pues la nostalgia me alcanza
cuando tengo que partir,
como nacer y morir…
en el fiel de una balanza.
(10)
II
Mi memoria se fractura
en astillas de cristal,
me han dicho que sigo mal,
que no voy a tener cura.
Ando de cabeza dura,
dándole al recuerdo brillo
y desandando este trillo,
de regreso hasta la infancia:
Voy acortando distancia
con el alma en el bolsillo.
Décima para ti
En el constante deslave,
de mi corazón volcán,
mis sentimientos están
guardados siempre con llave.
No puedo darte la clave,
porque se me desbaratan
y en remolino desatan
el tornado de este amor.
Mariposa de mi flor.,
solo tus miedos me matan.
(11)
Hijo mío
En mi pecho guardo un trío,
de sangre, pasión y sueño,
delirio donde me empeño
para quererte hijo mío.
Por tu caudal pasa el río
de mi sangre, mi esperanza
y si la vida me alcanza,
espero verte también,
pasajero desde un tren
como interminable danza.
II
Tu madre es como la fianza,
que no acabo de pagar
porque su vientre, fue hogar
materno de tu crianza.
Ya la vida no me alcanza
para pagar tal entrega,
con ella su amor me llega
multiplicado hijo mío
como el espejo de un río
con esa luz que no ciega.
(12)
Homenaje
Estuvo Adolfo Martí:
con versos buscando un punto,
alrededor de un conjunto,
de Fajardo a Naborí.
De modo que llegó ahí,
en un viaje de reencuentro:
puso su nombre en el centro
y en el centro se ha quedado.,
con el verso bien versado
que le brotó desde adentro.
Elogios para Sabina
Dicen que Joaquín Sabina,
le canta tanto al amor,
porque ha sentido ese ardor
pasional que desatina.
Joaquín, a Madrid ilumina
con el fulgor de sus versos.
Luces de sus universos,
van dando luz a los ciegos
amantes, llenos de ruegos
por los caminos dispersos.
(13)
II
Lo acusan por sus excesos:
noctámbulo, empedernido,
españoles que han crecido
sin neuronas en los sesos.
El precipicio de besos
que Joaquín lleva en su boca,
no es el vino que le toca
bebiendo en Antón Martín,
donde Sabina, es Joaquín,
con dos tragos a la roca.
El Ajedrez
En esta sola partida
de ajedrez que nos jugamos,
sin saber nos acercamos
al mate de nuestra vida.
Por suerte con esa ida,
otro comienza a jugar:
tablero para entregar
el talento, la razón
de convertir al peón
en reina por coronar.
(14)
Parisíando
París, lloviznoso invierno
donde el artista te sueña,
incienso de blanda leña
ardiéndome en fuego eterno.
Ese temor frágil, tierno,
se me invierna junto al Sena
cuando la campana suena
anunciando para misa.,
pasan turistas, sin prisa
víspera de noche buena.
Abuelo
Mi abuelo se afeitaba con navaja,
afilada en el cuero de su cinto,
junto al pozo de brocal donde lo pinto,
con la musa nostálgica que baja.
Domingo de reposo, no trabaja
parte a la Valla , con su fino gallo,
el sombrero de pasear, con su caballo
y su ausencia en el pecho se me encaja.
(15)
Sueños
Asomado en el brocal
atento, miraba al fondo,
para verme en el redondo
espejo del manantial.
Ver la blancura de cal,
de las nubes caprichosas
dibujándome las cosas
allá abajo en ese puerto,
donde soñaba despierto
barcos, peces, mariposas…
II
Inevitables ventosas
se prenden en mi recuerdo,
camino donde me pierdo
con el olor de las rosas.
Llegas de pronto, te posas
nostálgica y añorante,
desnuda, digo elegante
musa que viene a buscarme
y con diez versos dejarme
esta zozobra inquietante.
(16)
Tamarindo
Tamarindo, con su calle
divisoria a la mitad,
entró en la modernidad
y ya tiene un nuevo talle.
Se ha extendido por el valle
este pueblo de mi infancia
que me impregno su fragancia
de olores que nunca olvido:
Soy el hijo desprendido
que te añora en la distancia.
Ilusión
Ya que no puedo volar
con las alas de tu amor,
dame al menos el rumor,
el aleteo de tu andar.,
porque te amo y amar,
es darle candela al cielo
convertir en vino el hielo
embriagado de placer
misterio que viene a ser
la sombra de este desvelo.
(17)
Descubrimiento
Cada vez que en el espejo
veo mi rostro en la mañana,
la blancura de una cana
me hace sentirme más viejo.
De la juventud me alejo,
me marcho sin entender,
y me angustio por saber
las causas de cada mal.
Cuando llegue a mi final
terminaré de aprender.
II
Estuve por fin feliz,
esperando por la musa
mientras despojé la tusa
de los granos del maíz.
En la vuelta a la raíz
de este pasado remoto,
cuánto más indago noto
que ando solo en este viaje,
repasando el equipaje
de un rompecabezas roto.
(18)
Ausencia
El sabor del caramelo,
que tanto añoré en la infancia,
era el amor, la elegancia
en la mano de mi abuelo.
Me queda este desconsuelo
del nieto que ya no soy,
buscando al abuelo voy
en un viaje hacia el ayer,
para volverlo a traer
hecho sueños donde estoy.
Búsqueda
Del almacén de las rimas,
busqué palabras de estreno
para nombrarte lo bueno
que ocultas allá, en las simas.
El amor no me lastimas,
porque el llanto con su sal,
supo curarme el fatal
desvarío de pasiones
y hallar en ti las razones
para alejarme del mal.
(19)
Antojo
El hueco de tu alcancía,
donde guardo mi moneda,
es esa hendija que queda ,
en medio de la alegría.
Mira que la geografía,
de tu cuerpo es un antojo,
que estando dentro me mojo,
con una humedad fecunda
y hasta el alma se me inunda
con el placer que recojo.
Romanzas
Cuatro letras tiene Roma,
las mismas que tiene amor,
ciudad de frío y calor,
con plazas, por donde asoma,
el vuelo de una paloma,
sobre un gigante redondo,
que oculta dentro, en lo hondo
la sangre de gladiadores,
las muertes con sus horrores
y el eco sordo del fondo.
(20)
II
Roma tuvo Emperadores
que el poder los desquició
y la gloria se esfumó
como escapan los olores.
Murieron los vencedores
de aquellos años de gloria
y en la piedra de la historia,
en cada esquina de Roma
la muerte, siempre se asoma
para escarbar la memoria.
Despedida
Como un pacto que se sella
en la muerte sin remedio,
nos cubre el duelo y el tedio
cuando se apaga una estrella.
De tal modo te vas Bella,
junto a Eliseo y tu hijo,
piezas de ese crucifijo
hecho de carne y amor
apagan el resplandor
con las sombras del cortijo.
(21)
Génesis
Mundo, misterio redondo
que nadie le encuentra el fin,
en galáctico trajín
vamos contigo hasta el fondo.
Con ese temor me escondo,
para evadir a la muerte,
no quiero llegar a verte
diluviando otra agonía
en temblor de astronomía
para volver a nacerte.
Suerte
Cada humano que te sueña,
quiere hacer verdad el sueño
como un quimérico empeño
si la riqueza lo preña.
Arde en su fragua la leña
de una agónica ilusión,
todo no es más que carbón,
eterno chisporreteo,
dónde antaño Prometeo
fundió el primer eslabón.
(22)
Ingratitud
Atado en un paredón
-dice la mitología-,
pasó la noche y el día,
colgado como un pendón.
Ni Zeus le dio el perdón
por darle al hombre la luz
y murió como Jesús,
despedazado en la muerte,
pero no tuvo la suerte
de revivir en la cruz.
Las trampas del cariño
El tiempo de otra eternidad,
que allá en la infancia dejé,
como espejo lo manché
al llegar la pubertad.
Con un temblor de ansiedad,
llegó el amor, me hizo un guiño,
sacó de mi pecho al niño,
puso a un hombre en su lugar,
que no hace más que tropezar
con las trampas del cariño.
(23)
Casa de sueños
Quisiera hacerme una casa,
un almacén del querer,
para poderme beber
el café servido en taza.
Sentarme y ver cuando pasa
la tarde, llena de aves,
buscar en las nubes claves
para un cuadro transparente
y pintarte en el poniente
atardecer donde cabes.
Petición
Dame el silencio del mundo
que lo voy a repartir,
para empezar a vivir
cada sueño que fecundo.
Sentir el rumor profundo
de un aletazo de pez,
poder calmar el estrés
unido a tu sexo en celo
y abrir las puertas del cielo
para que subas después.
(24)
Mulata
Multa de cintura bien torneada,
que te miro cuando pasas por mi lado
y me enciendes la mecha del pecado
con el brillo provocador de tu mirada.
Te añoro al no verte desandar la calle,
de estas aceras europeas y frías,
donde rubias de otros geografías
no tienen comparación como tu talle.
En sueños me traslado hasta tu orilla,
voluptuoso temblor de los abismos
y en la agonía confusa de espejismos
te moldeo en los sueños como arcilla.
Desfiles
Noche de modas, cócteles:
Modelos en pasarelas
plumas, telas, lentejuelas
desvelan a las Cibeles.
El desfile sobre rieles
es vano, soso oropel,
círculo de carrusel
para que la moda viaje
el rico se compre traje
y el pobre muera sin el.
(25)
El tiempo
Vengo de un tiempo pasado
que se me hace presente,
soñando un futuro ausente
sin haberme despertado.
No se que rumbo ha tomado,
¿dónde se encuentra el futuro?
Estoy ansioso, lo juro
buscando la claridad
pero la luz: brevedad,
me deja ciego en lo oscuro.
Lucas Buchillón
( A su memoria)
¿ Con qué afilado azadón
labraste en tu valle imberbe,
donde el verde que te hierve,
es savia en el corazón.?
Lucas, desde tu sillón,
con dos alas en las ruedas
volaste al monte, te enredas
reverdeciendo en el monte:
Así en tu verde horizonte
eternamente te quedas.
(26)
Cancerberos
Te voy a soltar los perros
que ladran en mi conciencia
no habrá conjuro, ni ciencia
contra los fieros gamberros.
Me libro de los encierros,
de las sombras, me hago luz:
con espada y arcabuz ,
hechos de fuego y de filo
para mantenerte en vilo
si te sueltas de la cruz.
Disquisiciones
El mar se bebe los ríos
y no aumenta su caudal,
el agua se vuelve sal
en los estanques sombríos.
En los inviernos más fríos
el mar se convierte en hielo
y en el constante desvelo
por el río y por el mar,
no hago más que zozobrar
entre la tierra y el cielo.
(27)
El hijo del aguacero
Tu eres mi puerto: la mar
yo el río de las montañas,
que penetro en tus entrañas
para hacerte fecundar.
En un ciclo secular
nuestra unión se hace vapor:
de las nubes en temblor
llega el hijo en aguacero
desbordándome el lindero
con el parto de tu amor.
El préstamo de Cupido
Se me abrió el escaparate
donde guardé mi locura:
no encuentro la cerradura
que cierre mi disparate.
Ando solo como orate
con esta locura a cuesta,
para encontrar la respuesta
del amor que se me ha ido
pedí consejo a Cupido
y me prestó una ballesta.
(28)
Beso
Cuánta luz, cuánto destello
te vi brotar por los ojos
como chispeantes cerrojos
bajo tu negro cabello.
Me quedaba sin resuello
viendo tu risa tan loca,
dibujo que me provoca
una invitación al beso
y del recuerdo regreso
por el beso de tu boca.
Desafío
Me escapo del calendario,
de los meses y los días
rompo las monotonías
del reloj y el uso horario.
Seré siempre un temerario,
sin tiempo como la urgencia,
lejos de toda frecuencia
en busca de lo imposible
para hallarme disponible
con la luz de mi conciencia.
(29)
Mar
Palpita, resuella el mar
contra la roca en la orilla,
la espuma se vuelve astilla
blanquísima hasta brillar.
En eterno batallar,
lleva y trae en cada oleaje
el misterioso mensaje
desde ese mundo marino:
comienzo y fin del camino
inicio del mestizaje.
Río
En el líquido tropel
que arrastra en su cause el río,
se va el pensamiento mío
hecho un barco de papel.
Papalote sin cordel
buscando playas remotas
y aleteos de gaviotas
con el lápiz de sus picos
se empeñan: hacen añicos
estas ilusiones rotas.
(30)
La tarde y la noche
El horizonte se traga
los destellos de los rayos,
el sol, fenece en desmayos,
porque la tarde se apaga.
La noche: oscura maga,
hace una capa de amianto
y la magia se hace encanto
cuando aparece la luna
y el cielo, techo, fortuna
borda estrellas en su manto.
La rima
Quiero anudarme la rima
a la cintura, cual cinto
y ver de qué modo pinto
el verso que me lastima
Aunque el alma se me oprima
sigo el juego, en esta ida
cicatriz de oculta herida
de este dominó sin fichas
buscando frases bien dichas
para ganar la partida.
(31)
Otra vez el aguacero
Mirando caer la lluvia
hecha caudal en las tejas,
el óxido de las rejas
me tiñe la infancia rubia.
Escarba la fina gubia,
Buscando otro derrotero:
La memoria, sin lindero
se va conmigo a buscarte
y me llueve en otra parte
la angustia de un aguacero.
El perro
Ladra a los sombras el perro,
enseña colmillos blancos
erguido en sus cuatro flancos
oteando el aire del Cerro.
Desde el patio de su encierro,
gruñe su rabia canina
y en monótona rutina
se acuesta luego a dormir
porque no puede decir
que hay olor a perra ruina.
(32)
La rima
Quiero ceñirle la rima
a la cintura del verso:
para ver cómo lo terso
en la fragua con la lima.
Octosílabos de cima,
sin que le sobre o le falte
para que a la vista salte
como abrazos en uniones:
Cadena con eslabones
de sonorísimo esmalte.
Punto de vista
Para mi las calles son
guardarrayas con asfalto,
y cada edificio alto:
las montañas de hormigón.
No es que invierta la razón
o el cable de la corriente,
donde misteriosamente
puedo ver en las pantallas
los ríos, pueblos y playas
pobladas siempre de gente.
(33)
El fuego de la maldad
Que triste y que vano empeño
del que ambiciona riqueza
que manda a colgar cabeza
porque así logra su sueño.
No sabe que nadie es dueño
del destino de otros ser
y la palabra poder
la emplean en sus antojos
y quieren cerrar los ojos
del hombre que quiere ver.
El lenguaje
El lenguaje, no es la moda
que cambia en las estaciones.,
se enriquece en expresiones
que el habla le pone y poda.
El léxico le acomoda
los giros que da en el viaje
y el diccionario equipaje
va guardando la escritura
de una abierta cerradura
en donde habita el lenguaje.
(34)
Rapto
Carlos Enrique, luz, rayo
en un rapto de cordura
dejó presa en la pintura
las mulatas a caballo,
insinuación al desmayo:
hechas de cobre la piel,
los senos, panal de miel
invitación a la boca
y toda la vista es poca
para ver el cuadro aquel.
El otro rapto
Nelson Domínguez, pintó
a un sátiro en su faena
seduciendo a una sirena
que en la playa se durmió.
Ella de ingenua perdió
la virginidad en el mar
y no se puso a llorar
porque ahora que lo pienso,
no quiso mojar el lienzo
donde se dejó pintar.
(35)
Esperando la respuesta
El mundo se me desgaja,
sin verde se queda el mundo
se fracciona en un segundo,
como un cristal se me raja.
¿Quién detiene, quien ataja
el deterioro del clima,
los desiertos, esa lima
que hace estéril a la tierra,
el fuego, el hambre, la guerra
que a la muerte nos arrima?
II
Debiera ocuparse más
El Papa en el Vaticano
y sin la cruz en la mano
pedirle al imperio paz.
Desprenderle el antifaz
que le cubre el rostro al clero:
unirse al pobre, al obrero,
sin rezos ni crucifijos,
darle alimento a los hijos
hambrientos del mundo entero.
(36)
Volcán
Allá en el fondo del mar
duerme un sueño en lo profundo,
la rabia que tiene el mundo
hirviendo para matar.
Cuando empieza a bostezar
el mar se hace maremoto
y de un pasado remoto
se sacude de su peso
en prolongado bostezo
de fuego en el cráter roto.
Caminante
Dice el refrán que no deje
los trillos por la vereda,
porque la senda se enreda
con los bejucos que teje.
Yo prefiero, aunque me aleje
dejar los trillos trillados,
buscar en montes cerrados
nuevos olores y trinos,
que luego serán caminos
de peregrinos cansados.
(37)
El pavo real
Tornasolado abanico
vitral vibrando en la tarde,
espejismo que me arde
en el recuerdo de chico.
Calidoscopio hecho añico
en el ruedo del amor:
Azul, morado verdor.
corteja a ceniza pava
y con su brillo la lava
cuando la cubre en temblor.
Marinero de mi barco
Se desata el temporal
y asomado en la ventana
miro comos se desgrana
la tierra en el lodazal.
La furia del vendaval
me remolina la sien,
voy pasajero en mi tren,
mustio, solitario, parco
marinero de mi barco
buscando un puerto, un andén.
(38)
En el pubis de tu monte
No voy a decir que callo,
pues el silencio me deja
libarte como la abeja
en los rosales de mayo.
La lluvia la anuncia el rayo:
latigazo de ansiedad,
bostezo de tempestad
desdibuja el horizonte
y en el pubis de tu monte
me nace la eternidad.
El paisaje
Olores que el aire niega
pero yo guardo ese olor
condimento del amor
nostálgico que me llega.
Todo el verde de la vega
de aquel paisaje cambió
porque el tiempo mutiló
árboles, casas, paradas,
el resplandor, las miradas:
Solo mi amor no borró.
(39)
Futbolistas
¿Si por patear un balón
se hace a un hombre millonario,
resolvemos el calvario
de muerte y desnutrición:
Pero esta contradicción
¿de millonario pateando?
¿sin nadie más trabajando?
Habrá que hacer gol en Marte,
para ver si en esa parte
nos dejan comer jugando.
Alza de precios
Alza de precios en los pisos
insostenible en Madrid.
Dicen que hasta el propio Cid
lleno de asombros castizos
sacudió sus pelos rizos,
despojándose un conjuro
pues fue a pagar con un duro
lo que cien euros costaba
y se quedó en la posada
petrificado en el muro.
(40)
De tronos reales
Llevo tiempo meditando
¿Cuándo termina esta casta,
de esa familia que gasta
en viajes giro vagando
joyas y trajes comprando
por ser familia real?
Mira si España anda mal
que sigue con reina y rey,
con herederos de ley
disfrutando el Escorial.
II
Cuánta ironía, que ultraje
esto de familia real
como una estirpe viral
restregándonos linaje.
Tal parece que un vendaje
nos privara la visión,
la cordura y la razón
para hacernos irreales
tarados y subnormales
súbditos de una ilusión.
(41)
III
No sabe ningún mortal
cuánto dinero se paga
para que la ralea haga
su vida en el Escorial.
Son gastos de un carnaval,
interminable, ¡que hazaña!,
que al pueblo el bolsillo araña
para pagar el reinado
con infantas por un lado
y más principes en España.
IV
Nadie me va a convencer
ni viviendo en las antillas
que los reyes en sus sillas
nacen con ese poder.
¡Pamplinas, hostias, joder!
¿Reinado en tiempos modernos?
¿Toros de lidia sin cuernos?
¿Qué farsa tan descocada?
Y ya, no digo más nada,
si los ricos son tan tiernos…
(42)
Rumbeando
El yambú no se vacuna
el guaguancó si lo hace
con un erótico pase,
no deja duda ninguna.
El baile, goce, fortuna,
destreza en los movimientos,
marcan los pies con acentos
un ritmo de maravilla
para que la jiribilla
se mueva con otros vientos.
Caballito de la mar
En el potrero del mar
hay caballos y corales
bañándose con las sales
para salir a pasear.
¿Me convidas a montar?
-Le dice un niño a un caballo-
y en menos que canta un gallo
sueña que va de jinete
sin espuelas y sin fuete
veloz como luz de rayo.
(43)
La jungla
La selva con su espesura
le da abrigo a los orichas
y las leyendas no dichas
se hacen voz en la pintura.
Misterios de la negrura,
mitos, enigmas del monte:
distancia sin horizonte
para una jungla ¿de asfalto?
la Nganga sube a lo alto
viajando de polizonte.
Zaida del Río
Como en el aire posado
así te liba un zun zun
y lleva en el pico aún
el polen que le has pintado.
De tu pincel han volado
las aves de tu niñez:
diminuta pequeñez
hecha grande en la pintura
donde el misterio perdura
entre colores… tal vez.
(44)
Los gallos
En eterna madrugada
cantan tus gallos Mariano,
por el pincel de tu mano
como una espuela afilada.
Fino pico, cola halada:
temblores de las yagrumas
en acuarelas sin brumas,
saltan al ruedo tus gallos
como flechazos de rayos
iridiscentes las plumas.
Roberto Fabelo
Con peces en la cabeza,
caracoles en el pelo
llena su jarro Fabelo
en miniatura destreza.
La sirena es la belleza
que con su cola tal vez
no le hacen falta los pies
para invitarte a pasear
en el plato hecha manjar:
delirio de exquisitez.
(45)
Floras
Florece Portocarrero
hecho jardín en el pelo
como un botánico anhelo
escapado del tintero.
Óleo, mujer solo quiero:
rostros, sueños y floresta,
acuarelas hecha fiesta
por las manos de René.
cada mujer se le fue
con la primavera acuesta.
Servando Cabrera
Con qué serena plumilla
hiciste ese trazo bello:
La elegancia desde el cuello,
en viaje hasta la mejilla.
Las flores en redecilla
miran con celo a los ojos:
almendras de los antojos
en cofre de las pestañas.
Mitades de las castañas
brillosa en los labios rojos.
(46)
Manuel Mendive
Has atrapado en el lienzo,
en la piedra y el metal
Agua, Hombres, Pavo Real,
y los Peces del comienzo.
Sutil humo del incienso
de los ritos del panteón
Los esclavos, ahora son
sufrimientos hechos arte,
y aún te escarba en otra parte
El pavo en tu corazón.
Kcho, soñando los barcos…
Nuestra Isla va de viaje
Kcho la puso a remar
hecha un barco por su mar,
con remos rompiendo oleaje.
En transparente ramaje
con los trazos del carbón
vuela su imaginación
del astillero taller
para que le puedan ver
las velas al corazón.
(47)
Gitana Tropical
Es el cuadro la ventana
donde el artista soñó
y el blanco lienzo pintó
con un rostro de Gitana.
Desde una Francia lejana
quizo curarse del mal,
y sin estola ni chándal
atrapó Victor Manuel,
con la gracia del pincel
su Gitana tropical.
Pogolotti
La fragua, el humo, el taller
el obrero en su misión
Pogolotti en su visión
pintado lo dejó ver.
Todo puede parecer
una predicción fatal
donde se fragua el metal
y no hay nada que decir
porque no puede escribir
su angustia El intelectual.
(48)
Amelia Peláez
El lienzo se hace mantel
para servirnos la cena
con frutas de la alacena
retocadas con pincel.
Vitrales del sardinel
filtran la luz desde el mar
por donde suele asomar
el trópico y sus colores
con los búcaros y flores
invitándonos a entrar.
Donde habita el amor
Deshojando margaritas
como un triste soñador
los pétalos de mi amor
ni con tu olvido marchitas.
Resucitan en mis cuitas,
viven conmigo en la mente
por ese invisible puente
donde viajo hasta tu encuentro
justo ardiéndome en el centro
del pecho tu amor ausente.
(49)
Mi abuela, la que tejía
En la mano una agujeta
desde el hilo de un ovillo
con espejuelos sin brillo
tejía mi abuela quieta.
Con cada puntada aprieta
mi cordura con el hilo,
me hace más dócil, tranquilo
ella tejiendo manteles
yo soñando redondeles
extasiado, casi en vilo.
Primas
Tijeras, corte, costura…
mis primas se hacen mujeres,
entre las telas y enseres
le dan forma a la hermosura.
El horizonte en su anchura
para ellas se hizo estrecho
el amor creció en el pecho
como primavera en flor
taburete, noviazgo, amor
volaron buscando techo.
(50)
Levito con mis abuelas
Gotea en mis pies sin suelas
el agua que cae del jarro
y del recuerdo me agarro
en este barco sin velas.
Evoco a mis dos abuelas
con pañuelos anudados,
de sus tesoros guardados
por las puntas de un pañuelo
y con la magia del vuelo
levito hasta sus bordados.
Adorno
Un almanaque de adorno
en un paral del testero,
me desbordaba el lindero
de la casa y el entorno.
Una rubia medio porno,
bebiendo cerveza Hatuey
con labios color mamey
me invita con la copa
a la desnudes sin ropa
como ramera de ley.
(51)
La novia en la pared
La mujer del calendario
fue mi novia en la pared,
donde calmaba la sed
de mi amor imaginario.
Todos en el vecindario,
soñamos sueños de amantes
buscando amores galantes,
provocativos en fotos
para luego terminar rotos
esos romances distantes.
De sueños y pesadillas
Hoy me desperté sonriendo
pues soñando me reía
que solo el mundo tenía
las cosas que estaba viendo.
Al despertarme comprendo
como dijo Calderón,
que los sueños, sueños son,
y la vida es más compleja:
Lo que no escucha la oreja,
no lo sufre el corazón.
(52)
Meditaciones
Me puse a pensar un rato
al derecho y al revés,
queriendo hallarle tal vez
las cuatro patas al gato.
Cambia el color el lagarto,
Nada es verdad ni mentira.
La tierra se mueve, gira,
rota su capa de ozono
mirando al cielo razono:
¿Por cuál hueco Dios nos mira?
II
¿Es el diablo el que bosteza
por el agujero abierto.?
Soñándolo me despierto
con dolor en la cabeza.
Gime la naturaleza
su catastrófica suerte
porque la escoria que vierte
el desarrollo en su paso
nos va acercando al ocaso
en donde acecha la muerte.
(53)
III
Ya sé que no está en el cielo
porque mi razón se adiestra
con la ciencia que demuestra
las verdades desde el suelo.
Pero la iglesia en su duelo
siembra la fe con su rezo
para mantenernos preso
en la celda de la mente
a un Dios invisible, ausente
creador del universo.
Preguntas para mañana
El hielo se ha reducido
los árticos se derriten
y los pingüinos no existen
ya son partes del olvido.
¿Por qué galaxia se han ido
las bondades de la tierra.?
Los arroyos de la sierra,
los lagos, las primaveras,
tus piernas, y tus caderas
y las glorias de la guerra.
(54)
Volver a nacer

Quiero volver a nacer
andar el mismo camino
para enseñarle al destino
que ya no soy el de ayer.
Nada me va a sorprender,
ni las trampas de tus ojos
podrán ponerle cerrojos
a mi amor de juventud,
ni esta serena quietud
tendrá reposo de antojos.
Te vislumbro
Yo, naufrago solitario
buscando ansioso tu playa
donde mi mirada encalla
en los ojos de tu acuario.
¡Cofre de mi escapulario,
refugio de este volver!
Te vislumbro, isla mujer,
con el puerto en tus caderas
donde encuentro primaveras
para volverme a nacer.
(55)
Reyes magos
El soñar la fantasía
hecha regalo de mago
era un sacrificio pago
cuándo mi padre podía.
Pero entonces maldecía
al camello, a Baltasar,
mi hermano se echa a llorar
despierto ya en la mañana,
mirando la palangana
con el agua sin tomar.
II
No sabía de pesebres
ni de Reyes, ni camellos
pero soñaba con ellos
en un letargo de fiebres.
¿A dónde fueron las liebres
que quise atrapar cazando?
¿Dónde me quedé jugando
con juguetes que no tuve
para armar con cada nube
las cosas que iba soñando?.
(56)
Nuevas formas decimales
[a1] Nuevos sabios, eruditos
quieren imponer sus pautas,
para que suenen sus flautas
otras notas con los pitos.
Para mi serán sofritos
confundiendo el paladar.
¿Nuevos estilos armar
para jugar con la rima?
Estructura que da grima
si la empiezo a deletrear.
II
Pienso que nada le aporte
cambiarle al verso la horma
para que la nueva forma
le dé prestancia en el porte.
Así que buscando un norte
de formas, en nuevo estilo,
quieren bordar con un hilo
una espinela especial,
vender sin hoja el tamal
y pedirle vuelto a un kilo.
-57-
Payaso

Yo soñaba ser payaso
hacer reír cada niño
y en un puente de cariño
enlazarlo con mi abrazo.
La vida, por otro paso
me llevó a la poesía
y padezco esta agonía
donde la risa se pierde,
en la primavera verde
que marchitó la sequía.



[a1]Los nuevos poetas posmodernista, que pretenden rimar palabras de carácter técnico que nada tiene que ver con la poesía.

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